Para la creación de ésta pieza regresé a la escultura que realicé en el 2001, donde atesoraba el valor de nuestra existencia terrenal. Al decir esto, no me refiero al mundo de consumo masivo en el que vivimos; sino a la búsqueda del profundo significado de lo que es la carne.

Si la materia no importara, los medios formales tampoco importarían y el arte se reduciría a simples ideas. Esto nos dejaría con puros conceptos, que no sé si en ningún momento han sido suficientes para la creación del arte.

La pieza juega con la idea de develar la carne, por medio del uso de radiografías que retratan una de las maravillosas capas que el mundo de la materia posee. Decidí crear una caja de luz con la forma de una mano gigante, para contrastar lo frío de los materiales con el calor de tocar que representa la forma.