“Agua” es una pieza que hace una analogía entre el elemento líquido y su capacidad de cambio a tres estados distintos, con las tres etapas de desarrollo por las que pasa el ser humano a lo largo de la vida.

El mundo mutante anunciado durante el Barroco, donde encontramos permanencia a través del cambio mismo, es una idea de la que parte la creación de ésta obra.

Transitamos de la infancia a la adolescencia para después convertirnos en adultos. En cada etapa nuestras fachadas son distintas no obstante nuestra esencia permanece.

El agua es vívida y se adecua a la forma del contenedor, por lo que se asemeja al infante espontáneo y adaptable. El vapor representa al indefinible adolescente y la edad adulta es representada a través del estado sólido del agua. El adulto parece más frío y definido, sin embargo puede se fluido al estar rodeado por ambientes cálidos, al igual que el hielo con el calor se derrite. El círculo de la vida es intrigante e indescifrable. Puede ser nuestro más grande miedo, como nuestra mejor oportunidad.